Una historia conmovedora, asombrosa y genial de Dave Eggers.
Entre gilipolleces introductorias del autor, agradecimientos
que ocupan 22 páginas (en los que se desmenuzan, en un intento por demostrar
inteligencia, algunos detalles del libro) y que el primer capítulo es
aburridísimo, la novela no empieza de verdad hasta la página 100. Y de ahí
aguanté unas 60 más. Ya desde el principio va de listillo graciosillo y resulta
irritante. Argumento: dos chavales se quedan huérfanos y el mayor (veinteañero) tiene que cuidar del pequeño. Prosa plana. Poca acción. Monotonía. Hay algo de imaginación, pero
nada destacable. Busca la empatía del lector con la ternura, la honestidad, el
caos de la convivencia juvenil, la ingenuidad, etc. Extremadamente insulso.
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