16 de mayo de 2013

Champú Timotei, ahora también para calvos

Pnin de Vladimir Nabokov.

No me tiembla el teclado para decir que este libro es muy flojo. Me faltaron 70 páginas para acabarlo, una vez más, hice lo que pude. El primer capítulo me pareció buenísimo, gran ritmo, mucho humor, algún destello interesante, todo correcto. Pasas al segundo y dices bueno, ha bajado el nivel, pero ya arrancará otra vez. En el tercero te empiezas a preocupar y en el cuarto la idea de dejarlo te invade hasta llegar al quinto capítulo que es donde lo dejas. He leído por ahí que Nabokov escribió cada capítulo de forma separada para el New Yorker y no me extraña, me dio la sensación de que los capítulos eran sketches individuales que intentaban adosarse a un primer capítulo brillante. Dando por hecho que muchos ven en Pnin una obra compacta, desconozco qué la hace tan maravillosa, incluso dudo de mis capacidades. Más allá de una autobiografía humorística en la que se juega con el lenguaje, no veo nada más, ¿cuál es el contenido?, ¿dónde está la verdad? En general, el ritmo es bueno, pero no es suficiente, la intrascendencia de la información que comparte hace que no quiera seguir leyendo. Además, creo que peca de querer ser gracioso en todo momento. Si como he leído en algún sitiio, hay detalles ocultos en la narración, algún mensaje cifrado o algo así, no creo que la velocidad que impone el estilo narrativo sea adecuada para su descodificación.

3 comentarios:

  1. Obra menor de Nabokov, pero no hace falta rascar mucho para encontrar chispazos del maestro.

    ResponderEliminar
  2. El primer capítulo es muy bueno, el resto...

    ResponderEliminar
  3. A ti qué va a temblarte el teclado, si no tienes vergüenza ni para pegar un sello...

    ResponderEliminar